Donde todo comienza

Algunos creen que el jardín de infantes es únicamente un sitio para que los niños se diviertan o permanezcan seguros mientras sus padres trabajan. Esto supone ignorar lo más importante: nivel inicial juega un papel fundamental en el proceso de socialización y es el cimiento sobre el cual se apoya el futuro aprendizaje escolar.

Es el espacio donde los niños comienzan a interactuar con pares y adultos fuera de su entorno familiar. Aprenden a compartir, a comunicarse de manera efectiva, a resolver conflictos de forma pacífica, a trabajar en equipo. Enfrentan nuevos retos y desarrollan habilidades sociales, emocionales y cognitivas que les serán útiles toda la vida. 

El jardín de infantes contribuye significativamente a la formación de individuos más solidarios y comprensivos. Favorece el desarrollo de la capacidad de relacionarse con otros, de sentirse parte de un grupo y de integrarse en un ambiente agradable, donde pueden crear relaciones afectivas sanas y generar conexiones con el estado de ánimo de los demás, aprendiendo a ponerse en su lugar. 

Asimismo, es un ámbito propicio para la educación en valores. Esto los ayudará a tomar mejores decisiones y, a su vez, los hará más seguros, plenos y felices.