Evangelio del día – Miércoles XXVII Ord Lc 11, 1-4
“Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos …»” (Lc 11, 1-4).
Dialogamos con Jesús:
- Gracias Señor porque con tu diálogo continuo con el Padre nos enseñas la necesidad de orar siempre.
- Yo y el Padre siempre estamos unidos. Él está en Mí y Yo estoy en Él, por el Espíritu Santo. Vivimos una entrega y comunión absoluta. La creación, la acción y los sentimientos, me llevan a referir todo al Padre.
- Gracias porque nos enseñas la oración del Padrenuestro; que contiene todas las peticiones que necesitamos expresar al Padre, que siempre nos escucha por Ti.
- Yo les llevo al Padre y el Padre vive en sus corazones. Vivan con alegría esta vinculación. Constantemente están recibiendo su vida.
- Gracias por recordarnos que es el Padre de todos y por tanto somos hermanos.
- Yo quiero llevarlos al cielo, con el Padre, para formar una sola familia. Yo los santifico con la gracia, para que todo lo que hagan sea agradable al Padre.
- Danos tu Reino, que es paz, perdón, verdad, alegría, bondad… que elijamos vivir estos valores en todo momento.
- Yo les doy el Pan de cada día, que es mi Cuerpo.
¿Rezo el Padrenuestro como comunión con el Padre?
¡Jesús, enséñame a rezar!
En unión de oraciones,
Hno. Javier Lázaro sc
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