Jesús, eres mi única riqueza

Evangelio del día – Sábado XXXI Ord Lc 16, 9-15

“Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero». Los fariseos, que eran amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de Él” (Lc 16,13-14).

Dialogamos con Jesús:

  • Gracias Señor porque eres el centro de nuestro corazón; entregas tu Vida por nuestro amor. Haz que te elijamos como el Absoluto de nuestra vida; que por nada del mundo nos separemos de tu voluntad.
  • Yo Soy el único Señor. No se dejen engañar o seducir por el dinero, la fama o el poder… pues terminarán esclavizados.
  • Danos tu Espíritu; queremos servirte sólo a Ti. Ayúdanos para que no convirtamos los medios en fines. Que todo lo orientemos a tu gloria y al servicio de los otros.
  • Yo les pido que aprovechen el tiempo presente para hacer el bien, con espíritu de caridad; que en realidad es lo que les engrandece y embellece interiormente. Las cosas agobian y les embotan el corazón.
  • Ayúdanos a hacer las tareas pequeñas y sencillas, bien; que no nos dejemos llevar por el deseo de notoriedad o buscando el aplauso de los demás.
  • Yo premio los gestos de humildad y lleno de paz los corazones que son dóciles a mí Palabra. Sean servidores los unos de los otros.

¿Me dejo llevar por la avaricia y el deseo de valoración?

¡Jesús, eres mi única riqueza!

En unión de oraciones,

Hno. Javier Lázaro sc

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