Evangelio del día – Lunes XXXI Lc 14, 1.12-14
«Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos…Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!». (Lc 14, 12-14).
Dialogamos con Jesús:
- Gracias Señor porque nos invitas al banquete de la Eucaristía y nos esperas en la fiesta de la eternidad. Somos los pobres a los que Tú has elegido para que estemos a tu mesa.
- Yo los invito a comer mi Cuerpo; sois mis hermanos, quiero que vivamos en comunión perfecta. Sólo espero que me den sus miserias y pecados, así puedo derramar mi misericordia.
- Danos la generosidad de darnos y servir a los demás, sin esperar retribución. Haz que tengamos integrado el valor de la gratuidad.
- Yo les pido que maduren en su dimensión afectivo-sexual, no busquen compensaciones, que les mantienen en la inmadurez y el infantilismo.
- Ayúdanos a descubrir el valor infinito de cada persona, pues son imagen de Dios; que no nos guiemos por las apariencias o el nivel social. Haznos servidores de los sencillos y de quien no nos puede agradecer.
- Yo les invito a descubrir el regalo que son los otros, aunque algunas veces les generen incomodidades. Estén abiertos a acoger a todos con el perdón y la fraternidad.
¿Me dejo guiar por las apariencias?
¡Jesús, haz que te vea en los otros!
En unión de oraciones,
Hno. Javier Lázaro sc
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