Jesús, sana mi corazón para que pueda amar

Evangelio del día – Martes XXXIII Ord Lc 19, 1-10

“Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador»” (Lc 19, 5-7).

Dialogamos con Jesús:

  • Gracias Señor porque nos miras con misericordia y nos reconoces como hermanos necesitados; te solidarizas frente a nuestra soledad, tristeza y pecado.
  • Yo miro a Zaqueo, porque percibo su deseo de conocerme y en el fondo de cambiar de vida. Tiene mucho dinero, pero su vida está vacía. Sólo Mi Corazón puede responder a sus anhelos de plenitud.
  • Ayúdanos a bajar de nuestras ideas preconcebidas, de la desesperanza, de la sensualidad, de la autosuficiencia… que sólo te busquemos a Ti.
  • Yo los llamo, quiero vivir en su corazón, me abajo a su realidad. Voy donde estén y escucho lo que me dicen. Sano sus heridas y los llevo al encuentro con los otros, que ahora son sus hermanos.
  • Ayúdanos a ir hacia Ti corriendo; que tengamos la determinación de vivir para Ti… liberemos de las cosas materiales que nos agobian y nos impiden ver a los otros.
  • Yo les traigo la salvación… pero son Uds. los que tienen la libertad de recibirla o rechazarla. Mi amistad los llena de paz y alegría.

¿Dejo que Cristo me mire y me salve?

¡Jesús, sana mi corazón para que pueda amar!

En unión de oraciones,

Hno. Javier Lázaro sc

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