Lectura: “Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado»” (Lc 10, 15-16).
Meditación:
Cafarnaún es una ciudad costera del lago de Galilea; comercialmente se puede decir que es brillante y coexiste con una mezcla de distintos cultos. Es donde Jesús desarrolla el anuncio del Reino con mayor intensidad… Pero a los temas religiosos sus habitantes son muy indiferentes. El éxito económico, tiene muy ocupados a sus habitantes y piensan que con eso ya han logrado lo máximo e ignoran la presencia de Cristo.
Pero todo lo material se acaba y tiene su término en el tiempo; cuando ponemos nuestras expectativas en las cosas, nos exponemos a quedar vacíos y sin sentido. El exitismo nos deslumbra y nos impide ver lo importante.
Como enviados de Cristo, nos podemos sentir rechazados por las personas de la sociedad de consumo; pero en realidad rechazan a Cristo. Nosotros somos solo instrumentos, vamos en su Nombre. Esto no nos desanima; insistimos y proponemos el evangelio en todo momento, seguros de la sed del amor de Dios que tiene todo corazón humano.
Oración: Señor, abre mi corazón, quiero acoger tu Palabra.
Contemplación:
-
Me desanima la falta de respuesta de algunos… cuando hablamos de Dios.
-
«Yo te envío…confía en mi gracia… sigo actuando en los corazones…».
-
Dame fortaleza para ir en tu Nombre… dame tu Espíritu.
Acción: Anunciar el Reino de Dios, allí donde me encuentre.
Hno. Javier Lázaro sc.
Deja una respuesta