Señor, ayúdame a madurar afectivamente

Meditación:

Jesús nos llama a superar todas las dualidades o divisiones interiores. Si lo queremos seguir, tiene que ser con determinación y radicalidad. Es posible que busquemos decir que amamos a Cristo, pero seguimos viviendo de la misma manera que lo hacíamos antes de conocerlo o escuchar su llamada.

El amor de los padres es bueno, pero llega el tiempo que para madurar precisamos ser nosotros mismos, entregarnos totalmente, cortar con la comodidad o lo que nos es fácil, pues en realidad ya nos atrofia el corazón.

La cruz es símbolo de las cosas a superar, que nos proponen un fin infinitamente superior, de encuentro con Dios y de realización personal. Necesitamos lanzarnos decididos y confiamos en la gracia divina. Es Cristo quien nos llama, quiere que seamos felices, según nuestra grandeza y dignidad.

Oración: Señor, ayúdame a madurar afectivamente y a seguirte con radicalidad.

Contemplación:

  • Pongo la confianza en mí mismo y me dejo llevar por el hedonismo…

  • Yo te llamo y necesito que estés conmigo… te doy la gracia, confía…

  • Quiero seguirte, ayúdame a cortar con la fácil, con…

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