Lectura: “Las persecuciones les servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro” (Lc 21, 13-15).
Meditación:
Jesús nos regala el don de la paz en todo momento. Él es nuestra paz. Nos llena de confianza, nos da un destino eterno, al que estamos llamados a elegir haciendo el bien con caridad; nos cuida providentemente. Pero desde afuera y el mal espíritu nos van a intentar robar la paz con preocupaciones excesivas en cosas sin importancia; además nos imponemos dar una imagen falsa de nosotros mismos, por la falta de aceptación.
Cristo nos asegura que, aunque seamos llevados ante los tribunales, vivamos en paz, pues Él está con nosotros. Cuando lo seguimos a Él, muchos no nos comprenden y nos van a pedir explicaciones; en ese mismo momento el Espíritu viene en nuestra ayuda, confiemos.
Las contrariedades y situaciones complejas siempre nos van a llegar, confiemos, es la oportunidad para renovar nuestra confianza en la misericordia divina y en la Sabiduría del Espíritu; es el tiempo de crecimiento interior. Es preciso abrirnos a la comunión más profunda y a mirar con fe.
Oración: Señor, creo que todo lo dispones para mi bien.
Contemplación:
-
Algunas veces que estoy solo… sólo veo las dificultades y miro sin fe.
-
«Yo estoy contigo; no temas… confía. Invoca al Espíritu Santo».
-
Quiero confiar; dame la fuerza para acoger tu paz.
Acción: Cultivar la confianza interior.
Hno. Javier Lázaro sc.
Deja una respuesta