Lectura: “Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?»…
«Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?»… Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados” (Jn 6, 5-11).
Meditación:
Jesús nos llama a levantar la mirada, a salir de nosotros mismos y ver a las personas; es preciso abrir los ojos de la fe y el corazón de la compasión, para ver más allá de lo que aparece exteriormente, descubrir lo que necesitan interiormente.
Las cosas materiales son limitadas y se gastan. La generosidad y la entrega cuando son correspondencia a la vivencia del amor de Dios, se acrecientan y nos permiten llegar a todos. Aunque nos sintamos pequeños, en nuestro corazón tenemos los cinco panes y los dos peces; que en la medida que los ponemos en las manos de Jesús, por la determinación de servir y el compromiso a darnos a nosotros mismos, son Pan de Vida.
El prójimo espera a Jesús; no lo sabe pedir, pero siente hambre espiritual; estamos llamados a interpretar su necesidad y llevarlo a su amistad.
Oración: Señor, dame hambre de tu amistad y que lleve a otros a tu encuentro.
Contemplación:
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Veo las necesidades y me bloqueo. No he descubierto el tesoro que has puesto en mí corazón.
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«Yo te elijo para sostener a los otros».
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Quiero llevar tu esperanza y alegría.
Acción: Educar la mirada compasiva.
Hno. Javier Lázaro sc.
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