Lectura: “Para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: «Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derr“Jesús le respondió: «¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»” (Mt 12, 48-50).amaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas…»” (Mt 12, 17-19).
Meditación:
Nuestros padres son cocreadores con Dios. El día de nuestro nacimiento es un gran acontecimiento y lo celebramos en cada cumpleaños. Hemos heredado el ADN de nuestra familia. Pero Dios, que nos ama desde antes de la creación y nos da la libertad; ahora espera que respondamos cada día a su amor. Esto supone un nuevo nacimiento.
El ejercicio de la libertad orientada hacia la verdad, generando las actitudes en el corazón, nos da la identidad, nos vincula con Cristo, que pone en nuestro interior su bondad, nos hace de la familia de Dios. En este sentido, también somos fecundos (somos madres y hermanos), pues despertamos en otros el deseo del Reino.
A través de la Palabra y la amistad profunda con Cristo, descubrimos la voluntad de Dios, nuestra vocación y a qué somos llamados. Luego sólo es preciso pasar a la acción, responder con determinación.
Oración: Señor, dame la libertad para seguirte y formar parte de tu familia.
Contemplación:
-
Espero sentirme bien y que todo me lo den hecho… pero me siento insatisfecho.
-
«Yo te he amado y elegido, solo espero tu respuesta generosa».
-
Dame fortaleza para ser auténticamente libre, siguiendo tu voluntad.
Acción: Vivir la alegría de seguir a Cristo.
Hno. Javier Lázaro sc.
Deja una respuesta