Señor, dame la mirada de la fe

Lectura:

««¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?»». En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos. Entonces respondió a los enviados: «Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído»” (Lc 7, 20-22).

Meditación:

El Antiguo Testamento es preparación para la llegada de Cristo. Dios elige a un pueblo, para que en él pueda nacer su Hijo y así salvar a la humanidad.

Ante la pregunta de los discípulos de Juan el Bautista, Jesús responde con acciones concretas; en ese mismo momento sana a algunos enfermos por el poder divino. Esto ya son señales de la llegada del Reino de Dios.

Nosotros también somos enviados a anunciar las obras que hace el Espíritu en nuestro corazón. Necesitamos discernir para poner la obra de Dios en nuestro corazón. Las cosas buenas, nos son por la suerte… Son propias de la bondad divina que obra y quiere nuestro bien.

Oración:

Señor, dame la mirada de la fe; que descubra cómo obras en mí y me llenas de esperanza. Haz que te responda con generosidad.

Contemplación:

Acompaño a Jesús, que está rodeado de gente necesitada; veo su paciencia y me pide que le ayude a sanar los corazones. Me alegro porque también me cura a mí y me llena de alegría. Siento agradecimiento por estar en su Reino.

Acción:

Voy a anunciar a otros que Cristo es el Salvador y nuestro hermano; que se compadece ante nuestro dolor y desorientación.

Hno. Javier Lázaro sc

comentarios cerrados