Lectura: “Un sábado, iba él caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos. Unos fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»” (Lc 6, 1-2).
Meditación:
Jesús camina por un sembrado, posiblemente de trigo, donde los discípulos se van alimentando de los granos de algunas espigas. Nos da a entender que en medio de la misión, tenemos necesidad de alimentarnos. Algunas veces son las mismas personas con las que estamos que nos acercan el alimento de la Palabra; otras veces somos nosotros, que al llevar el evangelio a los demás, también nos estamos alimentando. Por esto siempre vivimos en acción de gracias.
Para poder comer los granos de trigo, necesitamos frotarlas, trillarlas en las manos; nos exige esfuerzo voluntad de buscar el alimento. El Espíritu nos da la posibilidad de asimilar por la oración y la contemplación.
Los fariseos no les acusan de robar las espigas, pues la ley lo permitía; pero sí se quejan de que faltan al descanso del día sábado. Para alimentar la vida espiritual no hay descanso, en todo momento necesitamos alimentar nuestra Alianza con Cristo. Cada vez que elevamos el corazón hacia Dios, alimentamos nuestro espíritu y nos fortalecemos.
Oración: Señor, guía mi corazón, dame tu Pan de Vida.
Contemplación:
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Busco compensaciones… que siempre me dejan vacío y necesito estar contigo.
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“Yo Soy el Pan de Vida, puedes descansar en Mí… siempre te sostengo”.
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Quiero vivir unido a tu Corazón y estar en comunión.
Acción: Elevar constantemente el corazón hacia Dios.
Hno. Javier Lázaro sc.
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