Señor, dame un corazón sencillo

Meditación:

Jesús se emociona al hablar con el Padre y ver cómo los sencillos y pequeños comprenden y acogen las cosas del Reino. Cristo en perfecta unidad con el Padre y el Espíritu Santo, no se atribuye el mérito a sí mismo, se lo reconoce al Padre y al Espíritu Santo, aunque Él está entre nosotros. Él mismo empieza dando ejemplo de humildad y sencillez.

La autosuficiencia nos lleva a prescindir de Dios, el creernos sabios o superiores, nos impide acoger los dones del Espíritu y no podemos gustar su amistad. Pero también son un problema los prudentes, que calculan todo, que ven la variable costo beneficio, que no arriesgan y no confían. Seguir a Cristo supone confiar ciegamente y entregarle todo.

La humildad y la sencillez son apertura del corazón para poder establecer la unidad y gustar los bienes espirituales, que en definitiva es lo único que llena nuestro corazón. La vinculación con los otros es profunda cuando parte de nuestro deseo de servirlos.

Oración: Señor, dame un corazón sencillo, que pueda gustar tu amistad.

Contemplación:

  • Ignoro que Dios me ama… Trato de ser más que los demás… Me cierro a la gracia.

  • Yo te amo y deseo que seas feliz.

  • Quiero ser pobre y confiar en Ti.

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