Señor, eres el centro de mi corazón y quiero vivir sólo para Ti

Lectura:

«Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada» (Jn 8, 28-29)

Meditación:

Cuando Jesús es elevado en la Cruz, entonces nos damos cuenta que nos ama con un amor absoluto y eterno. Sólo Él da la vida por cada uno. Podemos vivenciar que no está sólo; existe en perfecta unidad con el Padre y el Espíritu Santo, que lo resucitan.

En el “YO SOY” nos revela y comunica su identidad; no tiene referencia a nada, ni a nadie. Dios existe, nos crea y redime, porque quiere, gratuitamente. En el exceso de su amor quiere que vivamos en su comunión. Esto nos exige una relación de entrega total y para que esto sea posible nos colma con su gracia.

En la medida que elegimos hacer su voluntad, no caminamos solos, Cristo está a nuestro lado, nos hace experimentar la perfecta amistad. Somos nosotros quienes necesitamos orientar la libertad que nos ha dado.

Oración:

Señor, eres el centro de mi corazón y quiero vivir sólo para Ti.

Contemplación:

Jesús, ves mi confusión ante tantas propuestas del mundo… Yo Soy el único que no pasa y principio de todo… Sólo me quiero apoyar en Ti… Despierta la mirada de la fe y modera tus deseos mundanos… Soy tuyo, edúcame el corazón.

Acción:

Elegir siempre lo bueno y vivir en Cristo.

Hno. Javier Lázaro sc

comentarios cerrados