Señor, haz que acoja tu Amor

Meditación:

Los dirigentes judíos, legalistas, hacían la vida imposible a los sencillos, imponiéndoles infinidad de normas o leyes, que ellos habían inventado. El sábado, día de descanso para los judíos, abandonaban al necesitado, para vivir exteriormente las leyes… Jesús les hace ver que lo esencial del Reino de Dios es: la caridad, la misericordia, el amor a los enemigos y la acción de gracias a Dios.

Cristo es misericordia y quiere que lo seamos con los demás. La misericordia es acoger al otro incondicionalmente, cargando sobre sí sus debilidades. Jesús hace suyos nuestros pecados, para sanarnos y llenarnos de vida. Al practicar la misericordia vamos educando el corazón hacia la compasión, con una mirada fraterna hacia el otro.

Jesús también espera que santifiquemos el domingo, descansando y dedicando tiempo a la acción de gracias y la alabanza, participando de la Misa; pues podemos ayudar con caridad a los demás cuando nos sabemos amados por Dios. Al buscar el bien del otro, vivimos la paz.

Oración: Señor, haz que acoja tu amor y priorice la caridad.

Contemplación:

  • Me siento seguro cuando sigo reglamentos, pero ignoro lo que necesitan los otros.

  • “Yo te amo y quiero que correspondas ayudando y vivas la alegría”.

  • Quiero tener un corazón misericordioso y agradecido.

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