Señor, haz que mi corazón sea contemplativo en la acción

Meditación:

Jesús y sus discípulos van habitualmente a Betania, a tres kilómetros de Jerusalén; ahí está la casa de Marta, María y Lázaro, que lo reciben como amigo. Marta es la que lo recibe y lleva la gestión de la casa; mientras su hermana, se queda escuchando a Jesús.

En estas dos hermanas están representadas las dos dimensiones que estamos llamados a desarrollar: la contemplación y la acción. Se complementan. No hay acción o eficiencia en el trabajo si no hay contemplación, donde implicamos el corazón en lo que hacemos y nos dejamos modelar por el Espíritu.

El trabajo o la acción es necesario, pero es preciso darle un sentido trascendente. En el tiempo de contemplación quedamos transformados interiormente. Es preciso hacer el esfuerzo de entrar al corazón y encontrarnos con Cristo. Cuando vamos a la misión, necesitamos ir fecundados por la amistad con Jesús.

Oración: Señor, haz que mi corazón sea contemplativo en la acción.

Contemplación: 

  • Vivo agitado, en movimiento… pero sin saber para qué… necesito estar contigo.

  • «Yo Soy tu descanso, te doy la fuerza… doy sentido a tu Vida».

  • Quiero apoyarme en Ti y ser tuyo.

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