Señor, haz que viva la caridad en mi relación con los otros

Meditación:

Gastamos mucha energía y generamos ansiedad, al compararnos con los demás, tratando de justificar nuestras debilidades con los fallos de los otros. Olvidamos que el Padre nos quiere a cada uno en forma única, singular y total. Todos somos diferentes, Cristo nos ha elegido y nos ama así; es preciso confiar y mirar hacia adelante.

Jesús nos pide practicar la corrección fraterna, pero con caridad, buscando sólo el bien de los demás; mirando que no tengamos el mismo defecto que queremos corregir en los otros. Normalmente proyectamos sobre los demás nuestras limitaciones. Necesitamos humildad para reconocernos débiles y pedir la gracia del Espíritu para superarnos.

Antes de corregir o señalar algún defecto del prójimo estamos llamados a rezar por él y hacer alguna mortificación. Es preciso encontrar las palabras, el momento y la forma adecuada para no faltar a la caridad. Pero la clave está en corregir con el testimonio personal.

Oración: Señor, haz que viva la caridad en mi relación con los otros.

Contemplación: 

  • Veo que tengo defectos… pero me justifico, porque los otros también los tienen.

  • «Yo te amo y te elijo a ti… confía en mi gracia».

  • Quiero ser santo y ser testimonio para los demás.

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