Lectura: “Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto” (Mc 6, 30-32).
Meditación:
Con facilidad caemos en el activismo; sentimos la necesidad de hacer cosas para sentirnos útiles o para no encontrarnos con nosotros mismos. Pero, Jesús nos llama a descansar. Es importante el trabajo y organizar nuestro tiempo; pero es una necesidad vital descansar, contemplar lo que Dios nos regala, agradecer… Entonces encontramos el sentido.
Es un desafío aprender a estar solos, entrar al corazón, cultivar la interioridad. Es desde ahí donde ejercemos la libertad, definimos el “quién” queremos ser. Entrar en el silencio nos ayuda a escapar de la sociedad de consumo y a descubrir la belleza interior que Dios nos ha regalado.
Cuando entramos en el corazón, nos encontramos con Cristo, que siempre nos está esperando. En el trato de amistad con Él desplegamos la afectividad, expresamos los sentimientos más íntimos y profundos. Atrevernos a estar con Jesús nos colma de paz.
Oración: Señor, quiero descansar en tu Corazón, ayúdame a estar contigo.
Contemplación:
-
Hago muchas cosas, al modo automático, rutinariamente… No pongo nada de mí, me despersonalizo.
-
«Yo te llamo, deja que te mire… busca mis ojos… te doy mi Luz».
-
Quiero vivir contigo, toma mi corazón.
Acción: Dedicar tiempo a descansar con Jesús.
Hno. Javier Lázaro sc.
Deja una respuesta