Lectura: “El ángel del Señor se apareció en sueños a José… José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto… Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años” (Mt 2, 14-16).
Meditación:
José como padre del Niño Jesús se hace cargo de su cuidado y educación junto con la Virgen María. José recibe la gracia divina; pues cuando Dios nos llama a una misión, nos da la gracia necesaria para realizarla. Está atento a las señales que va poniendo el Espíritu en su corazón; puede discernir los sueños, que están centrados en vivir para María y Jesús.
Herodes es el rey de Palestina, aunque dependía del emperador romano; el ansia de poder lo ciega, pues llega a matar a sus propios hijos y ahora ve en Cristo un peligro, por eso, como no sabe dónde está, da la orden de matar a todos los niños de la región.
Pero José obediente a la voz de Dios, toma a María y al Niño y se va a Egipto. Nosotros también estamos llamados a apartarnos de las tentaciones; pues es primordial cuidar la amistad con Cristo.
Oración: Señor, quiero que vengas a reinar en mi corazón.
Contemplación:
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Por miedo e inseguridad personal, desacredito a los demás… No reconozco al Espíritu…
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«Yo Soy tu seguridad y te elijo… Escucha mi voz en tu corazón».
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Quiero servir y vivir sólo para Ti.
Acción: Orientar mi corazón solo hacia Cristo.
Hno. Javier Lázaro sc.
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