Señor, quiero unir mi corazón al tuyo

Meditación:

Caminar solos se nos hace muy pesado o imposible; en la medida que nos abrimos al encuentro con Cristo y le dejamos caminar a nuestro lado, compartiendo todas nuestras dificultades, Él nos ayuda a llevar lo que nos agobia, nos da la fuerza y la confianza para seguir adelante. Es más, nos da la paz y la alegría de ver las dificultades como forma de crecimiento y de identificarnos con Él.

Las aflicciones con frecuencia son consecuencia, de no compartir lo que nos pasa, por nuestra autosuficiencia e individualismo. Cultivar la humildad de arrodillarnos y entregar todo al Señor, es confiar en su ayuda, dejando que nos alivie y nos bendiga.

Jesús no nos dice que nos va a liberar de la dificultad; dice que carguemos con su yugo (nos agrega algo más). Su yugo es: el camino, como las ruedas que nos hacen avanzar, la fuerza de Dios, la alegría de su amistad, la claridad de encontrar el sentido.

Oración: Señor, quiero unir mi corazón al tuyo, ayúdame a caminar.

Contemplación:

  • Solo considero mis dificultades y dolores, pero ignoro la ayuda divina.

  • «Yo te llamo a caminar juntos, en una amistad indestructible, confía, te espero».

  • Quiero entregarme a Ti, soy tuyo, camino contigo.

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