Señor, Tú eres la Resurrección y la Vida

Meditación:

Jesús va a Betania a resucitar a su amigo Lázaro, que hacía cuatro días había muerto; pero primero habla con sus hermanas, pues les tiene que despertar la mirada de fe. Algunas veces llevados por sentimentalismos, otras por supersticiones, reducimos la resurrección final a una idea, cuando en realidad necesitamos que sea una convicción profunda.

El crecimiento en la fe necesita una adhesión personal a la verdad, que nuestra razón no alcanza. Es un don del Espíritu; pero además Jesús realiza una tarea pedagógica hablando primero con Marta en forma personal y luego con María.

Es en la intimidad donde Dios nos comunica los principios que nos sostienen, para luego celebrarlos en comunidad. Necesitamos docilidad para dejarnos enseñar, asumir que vamos a resucitar, que nuestro destino es eterno, junto al Padre, los ángeles y todos los que han vivido la caridad.

Oración: Señor, Tú eres la Resurrección y la Vida.

Contemplación:

  • Estoy muy ocupado… no me detengo a pensar en lo eterno, solo busco compensaciones del momento.

  • «Yo Soy la Resurrección… deseo que estés en el banquete celestial eternamente».

  • Quiero vivir eternamente y celebrar tu gloria.

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