Evangelio del día – Fiesta de la Asunción de María Lc 1, 39-56
“Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? (…) Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor»” (Lc 1, 41-45).
Dialogamos con la Virgen María:
- Gracias María porque vienes a nuestra vida con la grandeza y confianza de Madre. Eres la enviada del Señor para ayudarnos a ver que el Espíritu Santo también nos ha hecho fecundos, que somos elegidos para anunciar y vivir el Reino de Dios.
- Yo soy vuestra Madre, así me ha elegido y constituido el Señor; quiero que reaviven la fe y caminen confiados con la Luz que es Cristo.
- Tenemos dudas, miedos… con frecuencia no encontramos el sentido. Tú eres nuestra Madre y Maestra; nos enseñas que en la medida que ponemos el corazón de Cristo y nos entregamos, todo queda transformado.
- Yo ya he llegado al cielo, estoy con la Trinidad, los ángeles y los santos; les espero y mientras tanto los acompaño; cada vez que me llaman les respondo.
- Danos el anhelo de ser santos y de ir al cielo. Enséñanos a caminar como hermanos, pues somos tus hijos.
- No se angustien por nada, dejen que en todo se haga la voluntad de Dios.
¿Dejo que la Virgen María despierte en mi fe y me lleve a Jesús?
¡María, bendito es el fruto de tu vientre!
En unión de oraciones,
Hno. Javier Lázaro sc
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