Señor, dame un corazón generoso, que se dé gratuitamente

Meditación:

La persona que quiere el bien verdadero, no busca el trueque. Siempre: da sin esperar nada, tiene la iniciativa, busca el crecimiento del otro, acoge la bondad de los demás, corresponde con generosidad, no lleva en cuenta el mal, se inclina con humildad ante el necesitado, agradece la acción de Dios en su corazón, se alegra por el bien de los demás, al mal corresponde con caridad, …

Cuando buscamos recompensa por el bien que hacemos, ya estamos poniendo un precio y no dejamos que se exprese en nosotros la bondad infinita de Dios. El cálculo y el llevar cuenta, nos empobrece. Cuando más damos, el Espíritu más nos enriquece sin que nosotros lo podamos advertir. Todo lo bueno es don de Dios.

Jesús nos pide misericordia, que perdonemos y ayudemos a quien nada nos puede devolver. Sólo así nos identificamos con Cristo. Entonces es preciso educar nuestra mirada y elegir a los: débiles, niños, necesitados, incrédulos…

Oración: Señor, dame un corazón generoso, que se dé gratuitamente.

Contemplación: 

  • Habitualmente busco compensaciones… me pongo yo en el centro… e ignoro tu acción misericordiosa en mí.

  • «Yo te amo infinitamente… deseo darte la libertad de entregarte sin límites».

  • Quiero ser tuyo para siempre. Líbrame del egoísmo…

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