Señor, orienta mi corazón a tu alabanza y adoración

Lectura:

“María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume… Jesús le respondió: «Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura»” (Jn 12, 3-7).

Meditación:

El primer mandamiento es: amar a Dios sobre todas las cosas. Reconocer que todo lo verdadero y bueno, viene de Dios es un acto de justicia. Por eso estamos llamados a la alabanza, a la adoración, al agradecimiento… Esto es lo que hace María al ungir los pies de Jesús.

María, le muestra todo su afecto, despliega su corazón, le ama con todos sus sentidos… Este reconocimiento la engrandece, pues orienta todo su ser hacia Dios. Cuando obramos así, podemos amar a los pobres según su dignidad y grandeza… y con los sentimientos que nos regala el Espíritu.

Ante la crítica de Judas por el despilfarro, Jesús le vuelve a recordar la centralidad del misterio Pascual. Todos estamos llamados a resucitar y vivir eternamente. María por este amor, irá el domingo de pascua al sepulcro… pero ya lo verá la primera resucitado.

Oración:

Señor, orienta mi corazón a tu alabanza y adoración

Contemplación:

Jesús veo que todo lo que tengo es un regalo tuyo… te quiero expresar mi entrega… pero no me alcanzan las palabras…te abro mi corazón… Yo te enciendo en mi amor, quiero que ardas en deseos de amistad profunda… Quiero anunciar tu Reino.

Acción:

Expresar mis afectos a Cristo y dejar que me ame.

Hno. Javier Lázaro sc

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