¡FELIZ COMIENZO DE CLASES!

Con gran entusiasmo y renovada energía, damos inicio a un nuevo año escolar, lleno de oportunidades y aprendizajes por descubrir. Es un momento emocionante en el que estudiantes, docentes, padres y toda la comunidad educativa nos encontramos nuevamente para embarcarnos juntos en esta fascinante aventura del conocimiento.

El comienzo de un nuevo ciclo lectivo es más que el simple paso del tiempo; representa un renacer, una oportunidad para crecer, aprender y alcanzar nuevas metas. Es el momento de dejar atrás lo conocido y abrirnos a nuevas experiencias, desafíos y descubrimientos que nos esperan en el camino.

Afrontaremos este nuevo ciclo con optimismo y determinación, conscientes de los desafíos que puedan surgir en el camino, pero también confiados en nuestras capacidades para superarlos. Trabajaremos en equipo, apoyándonos mutuamente, celebrando nuestros logros y aprendiendo de nuestros errores, porque sabemos que juntos podemos alcanzar grandes cosas.

A los nuevos estudiantes, les extendemos una cálida bienvenida, los invitamos a sumarse con entusiasmo a esta comunidad educativa y a explorar todas las oportunidades que se les presenten. A los que continúan con nosotros, les agradecemos su compromiso y dedicación, los animamos a seguir esforzándose y a mantener viva la pasión por el aprendizaje.

Les recordamos los Valores que nos proponemos trabajar en este nuevo ciclo que comienza:

Respeto: El respeto como valoración de la dignidad de las personas. Se plasma en: el vocabulario y la prudencia al hablar, la puntualidad, el cultivo del pudor y la intimidad usando ropa adecuada, en el clima que generamos, en el cuido del bien común, en la presentación de trabajos, en la capacidad de escucha, en la actitud de servicio y cuidado de los adultos hacia los más pequeños y la confianza y obediencia de estos, hacia los adultos responsables.

Responsabilidad: La responsabilidad es la capacidad de asumir nuestros compromisos y obligaciones como también las consecuencias que devienen de nuestras decisiones (palabras y acciones), sobre nosotros mismos y/o sobre los demás. Con ella, podemos dar el paso para reparar los efectos de nuestros actos.

Esperanza: es la virtud que nos impulsa a buscar y aspirar bienes estables, perdurables. Nos mantiene expectantes y confiados en el Amor de Dios que siempre cumple sus promesas. Nos conduce a vivir en la verdad y la alegría.

«QUE EL SAGRADO CORAZÓN SIGA ACOMPAÑANDO NUESTRO CAMINAR, ILUMINE NUESTRO TRABAJO Y BENDIGA A NUESTRA COMUNIDAD».

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