Evangelio del día – Jueves XXXIII Ord Lc 19, 41-44
“Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos” (Lc 19, 41-42).
Dialogamos con Jesús:
- Gracias Señor porque nos miras y te llenas de dolor cuando no correspondemos a tu amor, perdiéndonos en la tristeza o la angustia de las realidades que nos rodean.
- Yo quiero que sean felices, por eso les regalo el don de la Paz; que es mi presencia en sus corazones… que les hace desear los bienes eternos y establecer puentes de fraternidad con todos.
- Perdónanos porque estamos como ciegos… ignoramos tu presencia entre nosotros y quedamos atrapados en la mentira, la vanagloria, la sensualidad, la avaricia, etc…
- Yo estoy entre Uds. Dejen que les llene de Vida. Estoy a la puerta de su corazón y llamo; si me abren cenaremos juntos en eterna amistad.
- Gracias por tus lágrimas por nosotros; son el anticipo de nuestro Bautismo, son la primicia de las aguas que brotan de tu Corazón. Lávanos y purifícanos interiormente, haz que gustemos tu Verdad.
- Yo asumo su realidad pecadora; hace falta que se arrepientan y acojan la misericordia divina; déjense conducir por el Espíritu.
- Danos humildad para arrepentirnos y acercarnos a Ti; que te pongamos en el centro del corazón; que todo lo hagamos por Ti y nos dejemos llenar de tus dones.
¿Soy consciente del dolor que causan mis pecados a Dios?
¡Jesús, haz que te busque!
En unión de oraciones,
Hno. Javier Lázaro sc
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