Evangelio del día – Sábado XXX Lc 14, 1.7-11
«Cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido» (Lc 14, 10-11).
Dialogamos con Jesús:
- Gracias Señor porque nos invitas todos los días al banquete de la Eucaristía, donde Tú te das como comida y no sientas en el sitio de honor, como hijos de Dios.
- Yo los llamo a la mesa del Pan de Vida; pero a cualquier reunión social o comunitaria, vayan siempre revestidos de humildad. Todos somos hermanos; ninguno se debe creer superior a los demás. Sean servidores los unos de los otros.
- Gracias porque nos das ejemplo de humildad; pues siendo Dios te abajas a nuestra condición humana. Eres Dios y Hombre. Así nos elevas a todos y nos divinizas.
- Yo les llamo a la escuela de la humildad; por eso les pido: “aprendan de Mí que soy manso y humilde de Corazón”. Renuncien explícitamente a querer aparentar más que los otros. Expresen todo lo bueno que perciben en los demás… que es una forma de dar gloria a Dios.
- Ayúdanos a ser humildes; necesitamos entender que lo bueno que tenemos o hacemos es un regalo que nos haces por el Espíritu.
- Yo derramo la gracia en los humildes, pues tienen un corazón bien dispuesto.
¿Busco sobresalir ante los demás?
¡Jesús, dame un corazón manso y humilde!
En unión de oraciones,
Hno. Javier Lázaro sc
comentarios cerrados