Jesús, mírame, sólo soy tuyo

Evangelio del día – Domingo XXXI Lc 19, 1-10

“Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría… Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más»” (Lc 19, 5-8).

Dialogamos con Jesús:

  • Gracias Señor porque siempre nos buscas con tu mirada amorosa, como a Zaqueo (que se había distanciado y subido a un árbol, para observarte pasar). Pero Tú te detienes y le sorprendes llamándole por su nombre y pidiéndole alojamiento en su casa.
  • Yo necesito corazones que quieran recibirme. Sólo pido que se dejen querer. En la medida que se abren a mi presencia, viven en mi Luz, pueden conocerse y llenarse de paz.
  • Ven a nuestra casa; haz que ignoremos las críticas y que nuestros ojos, oídos y todo nuestro ser estén en Ti. Ayúdanos a creer en tu misericordia y sánanos interiormente.
  • Yo les doy plena confianza, pueden abrirse al cambio; les invito a descubrir a los otros como hermanos, para que puedan reparar el dolor causado por la avaricia y ser solidarios con los pobres.
  • Ayúdanos a reconciliarnos con nosotros mismos y con los otros. Que nos podamos dar en el servicio a los demás con generosidad.
  • Yo les sostengo dándoles la alegría que supone la entrega gratuita.

¿Busco profundizar el vínculo con Jesús y comparto mi fe con los demás?

¡Jesús, mírame, sólo soy tuyo!

En unión de oraciones,

Hno. Javier Lázaro sc

comentarios cerrados