Señor, ayúdame a ser contemplativo en la acción

Lectura:

“De camino, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra” (Lc 10, 38-39).

Meditación:

Marta es la persona activa, que está atenta a todo y acoge a Jesús en su casa. María, su hermana, está en casa, pero sólo lo escucha poniéndose a sus pies. Marta se deja llevar por el activismo de las tareas y se queja ante Jesús: ¡Di a mi hermana que me ayude! Estas dos mujeres son las dos dimensiones de la misma persona: es preciso la contemplación y la acción.

La contemplación nos permite mirar según Dios, al escuchar su Palabra, se nos ilumina el Camino, encontramos sentido a lo que hacemos y siempre nos lanza a la acción. La partícula “Tem” une visión y acción. Y la partícula “Con” nos lleva a actuar en favor de los otros.

En la acción nos realizamos como personas, nos encontramos con los otros, somos sus servidores… pero necesita la oración, para encontrar sentido a lo que hacemos y no caer en el círculo de la rutina, de la tristeza. Cristo es quien ilumina nuestra realidad.

Oración:

Señor, ayúdame a ser contemplativo en la acción.

Contemplación:

  • Las urgencias y la cantidad de cosas, me llevan a saltarme la oración y me quedo vacío.
  • Yo doy sentido a tu vida, escucha; Yo te envío.
  • Quiero trabajar contigo siempre, impulsado por tu amor.

Acción:

Poner a Cristo en el centro de mis motivaciones.

Hno. Javier Lázaro sc

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