Señor, despierta en mí la mirada de la fe y el amor

Lectura:

“Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»”. (Lc 24, 30-32).

Meditación:

Los discípulos de Emaús han caminado y hablado con Jesús, durante 11 km y no lo han reconocido. Lo han tenido a su lado, han mirado sin fe, y no lo han visto. Pero Jesús ha encendido el fuego del amor en sus corazones. Han experimentado su amistad… lo invitan a quedarse.

Ven y descubren a Jesús en el gesto de su entrega total, al comer su Pan, signo de la Eucaristía. Entonces por la fe y el amor, ven a Jesús. Pero ya no necesitan verlo, pues sienten su presencia corazones en el corazón.

Escuchar y rumiar la Palabra es la preparación para el encuentro; necesitamos dedicar tiempo a que los pensamientos y los afectos, se ordenen en el conocimiento y amistad con Jesús; entonces sale a nuestro encuentro y nos enciende en su amor.

Oración:

Señor, despierta en mí la mirada de la fe y el amor.

Contemplación:

Camino contigo Jesús, trabajo para Ti, quiero ser tuyo,… pero algunas veces siento que camino sin esperanza… Yo estoy a tu lado, pongo en tu corazón todos los deseos buenos… escucha mi Palabra, guárdala…te amo… Ahora siento el impulso de anunciar a todos tu Reino.

Acción:

Despertar la mirada de la fe.

Hno. Javier Lázaro sc

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