Señor, enséñame a amar gratuitamente, a dar vida

Lectura:

“Llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y …Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores»…y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate». El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. (Lc 7, 12-15).

Meditación:

En tiempo de Jesús las mujeres viudas y sin hijos, quedaban en el más absoluto desamparo. Pero Jesús se detiene ante todo dolor humano y nos mira a los ojos. Se compadece, se le remueven las entrañas y se inclina, nos toca y nos sana.

Como la mujer viuda, todos tenemos carencias afectivas, que no se pueden saciar con nada de lo que nos rodea. Sólo el encuentro con un amor total y absoluto, nos puede sanar interiormente y vivir la alegría. Todo lo que nos rodea es cambiante; sólo la misericordia y la fidelidad de Dios nos acompañan siempre; hace falta que vivamos esta experiencia de encuentro como un regalo.

Jesús es capaz de detener lo que parece irreversible; sólo Él puede sanar todas las heridas, para nacer a una vida nueva, llena de confianza. Jesús resucita al joven y se lo entrega a su madre. Le hace ver que siempre necesitamos esta relación gratuita, propia de la madre.

Oración:

Señor, enséñame a amar gratuitamente, a dar vida.

Contemplación:

  • Hay momentos que me dejo llevar por la desesperanza e ignoro tu presencia.
  • Yo Soy la Resurrección y la Vida. Puedes nacer de nuevo.
  • Quiero acoger tu amor gratuito y llevarlo a otros.

Acción:

Mirar dando vida.

Hno. Javier Lázaro sc

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