Señor, eres el Agua Viva, sacia mi sed con tu amistad

Lectura:

“Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu” (Jn 19, 28-30).

Meditación:

Jesús está clavado en la Cruz; se siente en Paz, pues en todo ha realizado la voluntad del Padre, que nos demuestra su amor hasta el extremo. Cristo ahora, por nuestro bien, espera que correspondamos a su amor; por eso dice tengo sed; quiere nuestra amistad, busca que vivamos la alegría del encuentro.

Cada día podemos saciar la sed de Cristo, entrando en su intimidad, volviendo a la casa del Padre y sentándonos a su mesa. Le dan una esponja mojada en vinagre, signo de que Él puede convertir las miserias y pecados, en fuente de gracia. Sólo necesitamos acercarnos con el brote, la rama, de la humildad y la conversión.

Con este deseo de acoger a todos, nos deja abierta la puerta de su Corazón y se entrega al Padre, que nos envían el Espíritu Santo. El Padre acoge a Cristo y también nos recibe.

Oración:

Señor, eres el Agua Viva, sacia mi sed con tu amistad.

Contemplación:

Jesús estoy al pie de tu Cruz, veo tu dolor y el de la Virgen María… Yo quiero tu amistad, que vivas el mandamiento del amor…Soy tuyo para siempre…Abre tu corazón para que te dé el Espíritu Santo… Quiero descansar en tu Corazón.

Acción:

Responder a los deseos de Jesús.

Hno. Javier Lázaro sc

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