Señor, que me alcance tu gracia y mi corazón te responda

Lectura:

“Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?»… «No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».

«Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!»” (Jn 13, 7-9).

Meditación:

Jesús en la Última Cena asume la tarea propia de los esclavos, lava los pies de los discípulos… se hace nuestro servidor. Pedro no lo entiende, pues un tiempo antes le ha dicho que es el Hijo de Dios… Cristo se quiere identificar en todo a nosotros y nos hace ver que sólo en el servicio gratuito nos realizamos.

Pedro cree que con sus fuerzas puede seguir a Jesús. Pero no, todos necesitamos dejarnos ayudar por la gracia divina. Estamos llamados a permitir que nos amen… no somos autosuficientes.

Seguir a Cristo, supone reconocernos limitados y pedir sanación. Es de esta experiencia de sabernos queridos que podremos ayudar a los demás y alcanzar la libertad. En el bautismo ya hemos sido lavados, regenerados por Cristo… Ahora vivimos de su gracia y buscamos servir con humildad.

Oración:

Señor, que me alcance tu gracia y mi corazón te responda.

Contemplación:

Jesús te inclinas hacia mí, te haces mi servidor… Siento vergüenza, veo que conoces mi corazón, no te puedo esconder nada… Derramas tu misericordia sobre mí, me das Nueva Vida… Me miras con amor… Me siento amado, quiero vivir para Ti.

Acción:

Dejar que Jesús me quiera.

Hno. Javier Lázaro sc

comentarios cerrados