Señor, haz que confíe en tu Palabra

Lectura:

“Zacarías dijo al Angel: «¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada». … Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo»” (Lc 1, 18-20).

Meditación:

Zacarías era sacerdote del rito judío, estaba casado con Isabel (prima de la Virgen María). Le tocó a Zacarías entrar al “Santo” del templo a ofrecer el incienso… y en ese momento se le aparece el ángel Gabriel y le dice que va a ser padre de Juan el Bautista, el precursor del Mesías… Pero Zacarías no le cree… y padece la mudez.

Nosotros también nos quedamos mudos cuando no reconocemos las maravillas que Dios realiza en nuestro corazón. La mirada de fe y confianza, puede superar todas las contradicciones lógicas. Dios sigue operando en nuestra vida.

Estamos llamados en forma continua a la alabanza y a la acción de gracias. De esta forma liberamos nuestra lengua y corazón para la alegría.

Oración:

Señor, haz que confíe en tu Palabra. Obra en mí según tu voluntad.

Contemplación:

Entro en el lugar sagrado de mi persona, mi corazón, donde me siento habitado por Dios. Hago silencio y escucho la voz de Jesús, que me propone su plan para extender su Reino y me dice que me necesita. Me dejo llevar por la alegría de saberme querido y amado. Aunque veo mis limitaciones, confío.

Acción:

Despertar en mí el deseo de responder a los deseos de Jesús con determinación.

Hno. Javier Lázaro sc

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