Señor, haz que te reciba en mi corazón como la Virgen María

Lectura:

“El Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre” (Lc 1, 30-32).

Meditación:

La Virgen María recibe la visita del ángel Gabriel y le anuncia que va a ser la Madre de Jesús, el Hijo de Dios. Esto es un misterio; aunque Dios nos quiere comunicar todo, esto supera nuestra capacidad. María va a concebir por obra del Espíritu Santo.

Dios siempre es fiel y cumple sus promesas. La salvación que había prometido a Adán y a Eva, inmediatamente después del pecado, lo cumple. Por eso elige a Abraham y constituye un Pueblo donde pueda nacer su Hijo amado. David es el prototipo del mejor rey que tuvo Israel; pero con la venida de Cristo este reinado es llevado a la plenitud. Es un reino de amor que quiere vivir en todos los corazones para siempre.

La Virgen acepta el desafío, confía plenamente, aunque no sabe cómo. Se declara la esclava del Señor. Así Dios la hace Madre de su Hijo, que luego nos entrega a nosotros.

Oración:

Señor, haz que te reciba en mi corazón como la Virgen María.

Contemplación:

Entro en la casa de la Virgen María y soy testigo del anuncio del Ángel. Miro los ojos de María; oigo y mi corazón se conmueve. Dejo que María me cuente lo que siente…; escucho…

Acción:

Vivir tiempos de silencio para acompañar a María.

Hno. Javier Lázaro sc

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