Lectura:
“Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!». Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza»” (Lc 9, 57-58).
Meditación:
La respuesta al llamado de Cristo es libre; pero tampoco le podemos poner condiciones. Quiere que el seguimiento sea con radicalidad. En la mediocridad o la acomodación a las circunstancias no vivimos con autenticidad y nos conducimos a la tristeza o la muerte existencial. Incluso podemos tener éxitos profesionales, pero viviremos en la insatisfacción permanente. Sólo la entrega total a Cristo nos realiza plenamente.
Jesús no nos ofrece el confort o la comodidad, nos presenta su Cruz como camino de realización, que nos llena de paz y alegría; pues la riqueza es Él. La calidad de vida no la podemos vivir por la cantidad de cosas o el dinero.
Jesús nos pide el corazón, quiere descansar en nuestra amistad. Él reclina la cabeza en la voluntad del Padre y le entrega todo. En el servicio gratuito a los otros encontramos nuestro descanso; es ahí dónde sentimos que nuestra vida tiene sentido y estamos abiertos a la sorpresa del amor de Dios.
Oración:
Señor, llena mi corazón con tu presencia; sólo quiero vivir para Ti.
Contemplación:
- Me rodeo de cosas que creo que me dan seguridad… pero me dejan vacío.
- Yo Soy Camino, Verdad y Vida, sólo en mí encuentras la respuesta.
- Quiero caminar contigo y seguirte con radicalidad.
Acción:
Responder con radicalidad a Cristo.
Hno. Javier Lázaro sc