Señor, quiero gastar mi vida haciendo el bien y gustando tu amistad

Lectura:

“El Reino de los Cielos se parece también a una red … recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores … recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve… Vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente (Mt 13, 47-50).

Meditación:

El Reino de los cielos se anuncia a todos, pero algunos responden con fe y generosidad; otros son indiferentes o rechazan la propuesta y viven como si no existiera Dios. Jesús siempre respeta la libertad de la persona, pues es la que posibilita corresponder al amor; por eso permite que vivamos en la sociedad los buenos y los malos.

Jesús tiene infinita paciencia; pero llegará el momento en que se nos acaba el tiempo, con la muerte y ya no podremos responder. Entonces sí se dará una separación según nuestras obras. En la medida que hemos obrado bien, vamos a gozar de la bondad infinita de Dios.

Si hemos elegido el mal como estilo de vida, vamos con el maligno, al horno ardiente. Dios respeta nuestras elecciones personales, pero también nos pide responsabilidad sobre nuestros actos. El infierno lo podemos vivir en esta vida, cuando elegimos estar lejos de la luz de Dios.

Oración:

Señor, quiero gastar mi vida haciendo el bien y gustando tu amistad.

Contemplación:

  • Muchas veces me da la impresión que todo da igual… como que no importa obrar mal.
  • Yo premio a los que viven haciendo el bien.
  • Quiero vivir en tu bondad eternamente.

Acción:

Vivir practicando la caridad.

Hno. Javier Lázaro sc

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