Señor, quiero nacer de nuevo; vivir sólo en tu amistad

Lectura:

“«Ustedes tienen que nacer de nuevo». El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu». «¿Cómo es posible todo esto?», le volvió a preguntar Nicodemo…” ( Jn 3, 7-9).

Meditación:

Podemos nacer de nuevo por la vida que recibimos de Cristo resucitado y la voluntad firme de la conversión. Biológicamente somos los mismos, pero espiritualmente nacemos de nuevo cuando nos dejamos tocar por la gracia divina y correspondemos comprometidamente.

No busquemos explicaciones racionales a este obrar de Dios en nuestro corazón; vivamos la experiencia y alegrémonos. No sabemos cómo, pero lo podemos vivir en la caridad hacia los demás. El Espíritu Santo que procede del amor del Padre y del Hijo, nos introduce en la vida divina. Somos sus elegidos y correspondemos generosamente.

Como Nicodemo, somos llamados a confiar y disponer el corazón para dejar que Dios obre en nosotros. Nacer de nuevo supone dejar todo lo que nos lleva al pecado y entregarnos a Cristo; cuando parece que lo perdemos todo, porque nos ofrecemos, Él nos llena de la paz y la alegría infinita.

Oración:

Señor, quiero nacer de nuevo; vivir sólo en tu amistad.

Contemplación:

Me veo por dentro… estoy como apático, tibio, como muerto, pareciera que el esfuerzo no tiene sentido… Yo te hago nacer de nuevo… deja que toque tu corazón y te encienda en mi amor… Soy tuyo totalmente, toma mi voluntad y mis deseos más íntimos.

Acción:

Dejar que Cristo obre en mí.

Hno. Javier Lázaro sc

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