Señor, quiero que mi corazón sólo te pertenezca a Ti

Lectura:

“Herodes, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano». Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo,..” (Mc 6, 17-20).

Meditación:

Herodes vive el desorden en todas las pasiones de la vida: el deseo de poder le lleva al ansia de fama, esto a la división familiar, esto al placer sexual como fin, a la lujuria, a la gula, a la embriaguez, a la mentira, al homicidio, …

Un pecado capital a su vez nos lleva al otro y al otro; pues todo nuestro organismo espiritual está unido. Necesitamos buscar el orden, la conversión constante, orientando el corazón hacia Dios, para que podamos crecer, vivir en paz y la alegría del Espíritu.

Confiados en la ayuda de Dios, pero siempre vigilantes sobre nosotros mismos. Las pequeñas renuncias a lo fácil o placentero, nos ayudan a alcanzar los ideales de nuestra vida, que nos llevan a la plenitud y a la santidad. Como Juan Bautista necesitamos elegir siempre la verdad y comunicarla a los demás buscando su bien.

Oración:

Señor, quiero que mi corazón sólo te pertenezca a Ti.

Contemplación:

  • Jesús, doy poca importancia a los detalles de mi amistad contigo y esto me lleva a la tibieza, a la desidia…
  • Yo quiero que enciendas tu corazón en el fuego de mi amor.
  • Dame tu mano, que siga tu verdad con pasión.

Acción:

Ordenar los afectos.

Hno. Javier Lázaro sc

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