Señor, quiero sacrificar mi vida para Ti y corresponder a tu amor total

Lectura:

El hijo respondió: «No quiero». Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: «Voy, Señor», pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?». «El primero», le respondieron. Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.” (Mt 21, 29-31).

Meditación:

En estos dos hijos están representadas las dos actitudes interiores que podemos cultivar, para vivir una relación de docilidad al Padre y de servicio a los demás. Pues si Cristo nos pide que le sigamos, es para llevar el Reino a los hermanos. El trabajar en su viña, nos llena el corazón y nos pone en comunión de corazón a Corazón.

Es posible que, como el primer hijo, seamos irreflexivos, tengamos miedo, vivamos la tendencia a la comodidad y al narcisismo; entonces le decimos al Padre: “no”. Pero después, al sentir la soledad, el vacío y la distancia con el Padre, le decimos que: SI.

El segundo hijo le dijo que “sí” , pero en realidad era un “NO”, pues no fue. Seguramente llevado por la falta de voluntad, la procrastinación (eterna postergación), la falta de decisión… Así se quedó en la inmadurez y el infantilismo.

Oración:

Señor, quiero sacrificar mi vida para Ti y corresponder a tu amor total.

Contemplación:

  • Me dejo llevar por mis criterios calculadores y vivo en la insatisfacción.
  • Yo Soy el Camino… ven a trabajar conmigo.
  • Quiero seguirte hasta las últimas consecuencias. Soy tuyo.

Acción:

Decir «Sí» a Cristo.

Hno. Javier Lázaro sc

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