Señor, quiero vivir tu Reino, renuévame interiormente, quiero ser tuyo

Lectura:

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19).

Meditación:

Jesús al comienzo de su predicación (empezamos el evangelio de San Lucas) toma un texto del profeta Isaías como programa en la extensión del Reino. Se sabe el enviado del Padre y vive la perfecta unidad con el Espíritu Santo. Ahora su entrega se expresa en la obediencia al Padre y el servicio a los hombres, sus hermanos.

Anuncia la salvación para todos, sobre todo para los pobres. Jesús se convierte en una bendición para todos los que están abiertos a la perspectiva de la eternidad por la fe. Hasta ahora el pueblo había recibido promesas de alcance humano. Ahora se anuncia el Reino que no tiene fin.

El año de gracia del Señor, nos habla de comenzar de nuevo, con una perspectiva distinta; que siempre necesita nuestra conversión, la respuesta personal y la capacidad de ilusionarse movidos por el Espíritu.

Oración:

Señor, quiero vivir tu Reino, renuévame interiormente, quiero ser tuyo.

Contemplación:

  • Estoy cansado de promesas incumplidas y que pasan …
  • Yo te ofrezco mi Reino, que es: eterno, vida, gracia, universal, amor… gozo y alegría.
  • Quiero seguir tu Camino, acepto que me ames en forma total, para siempre.

Acción:

Abrirme a la conversión y acoger la gracia del Espíritu.

Hno. Javier Lázaro sc

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